Esta vez el objetivo de la cacería estaba concentrada en lograr que mi amigo Manu, de pedro Luro, a quién queremos mucho, y que tantas veces hace lo imposible para que podamos cazar en su campo mate por primera vez su primer antilope negro. Domingo bien temprano por la mañana con temperatura rozando el cero grado y con escarcha abundante emprendimos el viaje para los pagos. Una “quedadita” en el barro y a seguir camino hacia el campo. Candado de tranquera que no abría y al acceder unos 100 mts de la calle ya observamos una manadita importante a unos 500 mts. Estacionamos la chata en unos rollos de pasto para ocultarnos, rápidamente nos cambiamos la ropa, los rifles y a gatear para el acercamiento. De a poco nos aproximábamos a la manada que se encontraba dividida en dos grupos, en el medio un ñandú que entorpecía nuestra tarea de aproximación, al llegar a tiro unos 250 mts, lo máximo que nos podíamos acercar y cruzando un alambrado por debajo, nos situamos en el medio de las dos manadas, un macho negro muy bueno y se llevo al trote una fracción de la manada, otro macho negro en la influencia ingresa en el aren, primero luchando con dos machos bayos jóvenes, iban y venían sin quedarse quietos, las hembras comían placidamente sin percatarse de nuestra presencia. Le digo amigo si ves un macho que no sea tan bueno como el negro “quémalo” estos bichos son muy putos y a la primera de cambio o te detectan o se van al joraca… asiente con la cabeza, bajamos las patas del bípode y nos ponemos en contacto visual con los machimbres…
El macho negro seguía en movimiento y no se quedaba quieto, los pastos entorpecían la visión y no queríamos exponernos a tirar sentados por las dudas que nos detecten. Dieguito en la camioneta se fumó un paquete de cigarrillos enteros al observar como invadíamos el terreno de cacería y nos situabamos a escasos 150 mts de las dos manadas.. Le digo a mi amigo, quémalo …. Plummmmmmbbbbbb tronó el 300 wm entallando la paleta del macho negro, yo observando todo con la cruz de mi retículo en el medio del machimbre… vi como salía polvo del pelo del animal y se desplomaba luego del impacto… La felicidad de Manu y la mía nos invadía, poder haber logrado cazar un lindo macho luego de gatear en la hierba húmeda dos horas sin parar, mas de 800 mts nuestro esfuerzo había valido la pena. Amigo te felicito por la cacería, creo que nunca te la vas a olvidar, un placer cazar de nuevo contigo….
Van las fotos..
